Receta de Crumble de Frambuesa del Ártico con Crema Chantilly
El Crumble de Frambuesa del Ártico es una delicia que fusiona la frescura y el sabor intenso de las bayas de este inhóspito pero hermoso entorno del Ártico con la ligereza de una crema chantilly. Esta receta no solo deleitará los sentidos, sino que también te ofrecerá un pequeño vistazo a la rica biodiversidad de Canadá, especialmente en regiones como Chesterfield Inlet.
Ingredientes:
- 500g de frambuesas del Ártico
- 100g de mantequilla, para el crumble
- 150g de harina
- 100g de azúcar moreno
- Una cucharadita de canela en polvo
- Mantequilla adicional para engrasar el molde
- 250g de crema Chantilly
Preparación:
- Limpia las frambuesas del Ártico asegurándote de que estén sin espinas ni restos de hojas. Colócalas en un bol y vierte sobre ellas 2 cucharadas de azúcar moreno. Mezcla suavemente y deja reposar durante 10 minutos para extraer el jugo de las bayas.
- Rellena un molde para bizcocho con la mezcla de frambuesas, asegurándote de que esté lleno y nivelado.
- En un bol aparte, corta la mantequilla en pequeños trozos y agrega la harina y el azúcar moreno. Mezcla hasta obtener una consistencia arenosa pero no demasiado compacta. Agrega la canela en polvo y mezcla nuevamente.
- Espolvorea el crumble sobre la mezcla de frambuesas, asegurándote de cubrirla por completo. No aplastes demasiado el crumble para mantener la textura crujiente.
- Hornea el Crumble durante 30-40 minutos a 180°C (350°F), o hasta que el crumble esté dorado y crujiente.
- Mientras el crumble hornea, bate la crema chantilly hasta que esté suave y ligera. Sirve sobre el Crumble de Frambuesa del Ártico fresco.
Consejos de salud:
Las frambuesas del Ártico son ricas en antioxidantes, vitaminas y minerales. Esta receta es ligera y saludable, ideal para aquellos que disfrutan de postres sin sobrepasar los límites calóricos. La crema chantilly aporta un toque dulce sin exceso de grasa, lo que la hace una opción más ligera que el tradicional merengue.
Contexto cultural:
El Ártico canadiense es hogar de innumerables especies de plantas y animales que han desarrollado adaptaciones únicas a su entorno helado. Las frambuesas del Ártico, conocidas como «cloudberries», son uno de esos tesoros. A pesar de ser difíciles de recolectar, estas bayas han sido apreciadas por los habitantes locales no solo por su sabor, sino también por su versatilidad culinaria y sus propiedades nutricionales. Este Crumble celebra tanto la belleza del Ártico como la riqueza culinaria de las regiones como Chesterfield Inlet.
Chesterfield Inlet, conocido localmente como Igluligaarjuk, es un pequeño asentamiento Inuit situado en la región de Kivalliq en Nunavut, Canadá. A pesar de su tamaño, este lugar es un tesoro escondido lleno de historia y belleza natural, que ofrece una experiencia única a los visitantes que buscan aventuras fuera de lo común.