Receta de Sopa de Remolacha Estoniana

Receta de Sopa de Remolacha Estoniana

La sopa de remolacha es un plato clásico de la cocina estoniana, caracterizado por su intenso color rojo y sabor único. Esta versión presenta una preparación sencilla que resalta las propiedades saludables de la remolacha, junto con otros ingredientes tradicionales de Estonia. Ideal para disfrutar en días fríos o como un plato reconfortante.

Ingredientes:

• 200g de remolacha cocida (cocinar previamente la remolacha es importante para reducir su acidez)
• 500ml de caldo de pollo
• 1 cebolla, picada en juliana
• 1 zanahoria, rallada
• 1 diente de ajo, picado
• 1 cucharadita de aceite de oliva
• Sal y pimienta al gusto
• Cilantro fresco, picado (opcional para decorar)
• Crustas de pan, tostadas o galletas saladas para acompañar

Preparación:

1. Calienta el aceite en una sartén grande a fuego medio. Agrega la cebolla y cocina hasta que esté suave, aproximadamente 5 minutos.
2. Agrega el ajo y continúa cocinando por un minuto más, asegurándote de que no se queme.
3. Añade la zanahoria rallada a la mezcla y cocina por otros 5 minutos, permitiendo que los vegetales adquieran un color ligeramente dorado.
4. Reduce el calor a medio-bajo, agrega el caldo de pollo, la remolacha cocida cortada en trozos pequeños, sal y pimienta. Lleva a fuego suave y cocina a fuego lento durante 10 minutos para que los sabores se mezclen.
5. Sirve caliente en tazones individuales, espolvoreando con cilantro fresco picado al gusto. Acompaña con crustas de pan tostadas o galletas saladas para una textura crujiente adicional.

Consejos de salud:

La remolacha es conocida por sus propiedades antioxidantes y sus beneficios para la salud cardiovascular. Esta sopa, al ser baja en grasas, es ideal para dietas conscientes. Añadir zanahoria proporciona un contenido adicional de fibra y vitaminas, mientras que el aceite de oliva contribuye a una dieta equilibrada gracias a su contenido de ácidos grasos monoinsaturados.

Contexto cultural:

La sopa de remolacha es un plato típico en Estonia, donde la remolacha es una parte fundamental de la dieta estoniana debido a su abundancia y facilidad de cultivo. Este plato refleja la simplicidad y riqueza de los ingredientes locales, siendo común en las mesas durante todo el año, aunque especialmente apreciado en invierno por su calidez y sabor reconfortante. La sopa también es un ejemplo de cómo los platos tradicionales pueden cambiar con el tiempo, incorporando más variedad y creatividad en su preparación, mientras se mantienen fieles a los principios culinarios de la región.